miércoles, 17 de agosto de 2011

SEMINARIO DE DOCTORADO.

Filosofía y ciencia en la Edad Media. Del ingreso de Aristóteles en occidente a los precursores de Galileo.

Profesor: DI LISCIA, Daniel Antonio

Carga Horaria: 25 horas
Inicio: 6,7,8; segunda semana: 13,14,15 de Septiembre
Horarios: 13 a 17 hs.
Aula: 8 del 5to. piso


Fundamentación

El prejucio iluminista de la Edad Media como “edad oscura” carente de pensamiento científico ha sido ya hace tiempo abandonado por la investigación histórica seria. Antes bien, la historia de la ideas cientificas y filosóficas tiende a dar un lugar preponderante a los desarrollos llevados a cabo durante la segunda mitad del siglo XII, durante el siglo XIII y especialmente durante el siglo XIV. Aunque en cada caso se trate de fundamentaciones diferentes – el “antiaristotelismo” de la prohibición de 1277 y la consecuente  “nueva física” para Duhem, la noción de natureleza y, por el contrario, el aristotelismo de Alberto Magno para Weisheipl, la reelaboración del método aristotélico, para Crombie, Randall y Wallace (y en cada caso con importantes diferencias), la matematización de la naturaleza por medio de la óptica (Crombie y Lindberg), el análisis cuantitativo del movimiento durante el siglo XIV para Clagett, el realismo tomista según el punto de vista de Wallace, los sutiles “lenguajes de análisis” de acuerdo con Murdoch y los calculatores de Oxford, especialmente del Merton College (Murdoch y Sylla), la importancia, en fin, de la fundamentación ontológica de los conceptos científicos según Maier, para limitar esa enumeración ad minimum – lo cierto es que la ciencia medieval se ha convertido hoy en uno de los bloques temáticos más complejos, más variados y, por cierto, más atractivos dentro de la investigación actual en el campo de la historia de las ideas.
El llamado “carácter unitario” de la enseñanza medieval hace además posible e incluso necesario secundum rem que un estudiante serio del pensamiento medieval adquiera una formación básica en los tópicos científicos más sobresalientes relacionados con su propia materia. Así, no pasará demasiado tiempo hasta que el historiador del arte que se ocupa de estudiar la dispersión de la luz en los vitraux de Chartres y Saint Denis – por mencionar dos ejemplos bien conocidos - devenga un lector del clásico “Theories of vision”, un libro en el que Lindberg trata expone magistralmente el  pensamiento de Grosseteste, Bacon, Pecham y Vitellio. La iconografía elemental de obras de arte y manuscritos medievales es sólo comprensible con referencia a la estructura del cosmos medieval; la medicina con relación a la astrología. El medievalista concentrado en el siglo XIV, en las disputas entre Ockhamista y Escotistas, en la lógica de Burley o los comentarios de Jean Buridan y Albert von Sachsen notará inmediatamente que casi en cualquier disciplina reaparecen las discusiones sobre “el primer y el último instante de tiempo”  - en el tiempo físico-matemático, en la Creación del universo, o en el acto moral! – los “máximos y mínimos” y, más a menudo todavía, la discusión sobre la intensidad o intensificación y disminución de la formas. De una disciplina a la otra, de un autor a sus oponentes y seguidores, de un extremo de Europa al otro, la existencia de tantos y tan variados puntos de contacto entre filosofía y ciencia constituye uno de los aspectos más caractarísticos de la Edad Media entre los siglos XII y XV. Filosofía y ciencia se complementan mutuamente y constituyen una unidad de sentido intelectual e institucional.
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